Amor por la trufa

¿Algún amante de la trufa por aquí? Seguro que sí, y es que el amor por la trufa no es ninguna novedad, pero el mercado se está llenando de productos estupendos para aquellos que sienten auténtica pasión.

Las trufas son el fruto de un hongo subterráneo , que surge de un micelio que se desarrolla en asociación con las raíces de determinados árboles o arbustos que reciben el nombre de especies truferas como son por ejemplo el roble (Quercus faginea), el avellano (Corylus avellana), la encina (Quercus ilex), entre otros. A día de hoy encontramos hasta treinta variedades de trufas comestibles y en los últimos años se ha puesto tan de moda que existe verdadero amor por la trufa y todos los días gana más y más adeptos.

Y es que hablar de trufas es sinónimo de hablar de un producto selecto, prestigioso, apreciado, producto gourmet. Entre esas más de 30 variedades comestibles podemos destacar una de las que más pasión causa entre sus consumidores, las de la marca “Tartuflanghe”, con su característico aroma. Esta conocida casa se ubica en la Piobesi d’Alba, en la región del Piemonte y es de fama internacional debido a la enorme calidad de sus trufas. Tartunglanghe comenzó su trayectoria vendiendo trufas frescas y elaborando platos a base de ellas en su propio restaurante. Con el tiempo el amor por las trufas y la calidad de sus platos, dieron lugar a Tartufissima nº 19, que aúna lo mejor de la pasta italiana artesana y la trufa. Rápidamente comenzaron a llegar los premios gastronómicos y hasta la mismísima Oprah Winfrey confesó en público su amor por la trufa y en concreto por esta elaboración. Para muchos es considerada la mejor pasta con trufa del mercado.

Y es que la trufa es un producto valorado y apreciado ya desde la Edad Antigua y sobre todo destaca por su sabor y su profundo aroma, que ayuda a potenciar cualquier plato por sencillo que sea, desde platos con patatas, huevo, pasta, pizzas, salsas… Una pequeña cantidad de trufa ayuda a realzar cualquier plato y es una auténtica delicatessen. Además es importante tener en cuenta que para cocinar con trufa no es necesario utilizar mucha cantidad, por lo que no supondrá un elevado coste económico, ya que una pequeña cantidad hará que podamos disfrutar de todo su aroma y su sabor.

El amor por la trufa y los productos gourmet

Los verdaderos amantes de la trufa lo tienen fácil ahora ya que se encuentran en el mercado una gran cantidad de platos con trufa excelentes, perfectos para un regalo, para una ocasión especial, para darse un capricho, para sorprender a alguien. El amor por la trufa no tiene límites y por eso cada vez encontramos más opciones, desde pasta con trufa, cremas de quesos, sal con trufa, mantequillas y un largo etc. ¿Qué tendrá la trufa para generar tanta pasión?

Para amantes de la trufa

Hemos destacado su sabor y su aroma, hemos visto que ayuda a potenciar cualquier plato y que además lo encontramos prácticamente integrado en cualquier producto. Pero es que en torno al mundo de la trufa existe toda una tradición muy antigua que le da a este producto un mayor prestigio. Si además eres amante de las trufas secas, debes tener en cuenta una serie de consejos para poder conservarlas en un estado óptimo.

En función de su grado de madurez, aguantarán más o menos tiempo, pero siempre en el frigorífico y mucho mejor si se envuelven en papel absorbente de cocina y se introducen en un recipiente hermético. Así podremos dar rienda suelta a nuestra pasión por la trufa durante más tiempo y en condiciones óptimas.

También es recomendable que una vez al día, abramos ese recipiente para que las trufas se oxigenen. Aprovecharemos también para secarlo y cambiar el papel en caso de que esté mojado ya que la humedad puede ser perjudicial para la trufa. También es aconsejable separarlas de los demás alimentos porque su maravilloso aroma se impregnará en ellos y perderá parte de sus deseadas cualidades. Sin embargo si lo que queremos es aromatizar alimentos como arroz, queso, huevos… lo que haremos será conservarlos juntos en el mismo papel absorbente de las trufas.

Si compramos trufas fuera de temporada, un buen consejo es congelarlas. Después las sacamos, rallamos la parte que vamos a utilizar para cocinar y dejamos el resto congelado para otra ocasión.

El amor y la pasión por la trufa ha llegado para quedarse.